Library Bar - Copenhague
Uno de los más bellos cafés del mundo
.
.
UN CAFÉ
Un disparo retinal
hirió mi discernimiento
y confundí lunes con sábado.
Se presentaron impúdicas
las palabras
para que yo descubriese
la clave de su misterio
y el misterio me absorbió.
Cerré con fiera contundencia
sus manos
y respondió con un abrazo
que trascendió
el lugar y el momento.
Cuando quise darme cuenta
el café había discurrido
por el estrecho cauce
tan rápidamente
que su embate en el lago
de las sensaciones
hizo que las alas se inclinaran,
escorando las mariposas
con tanto ímpetu
que la retina distinguió
con claridad la oscuridad del día,
el misterio del verbo se resolvió
con una facilidad abúlica
y el abrazo apareció de súbito
como el saludo convencional
en una convención.
No hay mirada que mantenga
su hechizo para siempre
ni palabras que conserven
la misma fuerza
del primer instante,
ni roces de piel que pervivan
eternamente.
Un simple café corta
las alas a un sueño
que soñaba ser eterno.
Un disparo retinal
hirió mi discernimiento
y confundí lunes con sábado.
Se presentaron impúdicas
las palabras
para que yo descubriese
la clave de su misterio
y el misterio me absorbió.
Cerré con fiera contundencia
sus manos
y respondió con un abrazo
que trascendió
el lugar y el momento.
Cuando quise darme cuenta
el café había discurrido
por el estrecho cauce
tan rápidamente
que su embate en el lago
de las sensaciones
hizo que las alas se inclinaran,
escorando las mariposas
con tanto ímpetu
que la retina distinguió
con claridad la oscuridad del día,
el misterio del verbo se resolvió
con una facilidad abúlica
y el abrazo apareció de súbito
como el saludo convencional
en una convención.
No hay mirada que mantenga
su hechizo para siempre
ni palabras que conserven
la misma fuerza
del primer instante,
ni roces de piel que pervivan
eternamente.
Un simple café corta
las alas a un sueño
que soñaba ser eterno.
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13 comentarios:
Cierto, muy cierto, todo es tan efímero.
Qué mejor lugar para leer estas bellas palabras que un café con solera.
Habiendo intentado criticar cine otra vez, te agradezco el haber pasado por mi blog.
Un caluroso saludo!!!
"Un simple café corta
las alas a un sueño
que soñaba ser eterno."
Precioso momento hecho poema.
maravillosa oda...el mejor momento, un café
olor a café
sabor a café
color del café
mmm
haré crítica: los dos primeros versos no me gustan. ¿disparo retinal? ummmm... ¿hirió mi discernimiento? discernimiento no mola!
lo demás sí me gusta! vivan los cafeses!
¡Ay, mis queridos compis bloggeros!
Leyendo vuestros comentarios he pensado en las diferentes personalidades (psicológicas) del mundo mundial. Hay gentes dadas a rechazar la crítica, las hay que no se fían de los cumplidos, y también existen bichos raros que si han de escoger entre un elogio y una desaprobación, se quedan con la segunda (me incluyo entre los bichos raros).
En relación a mi actividad poética (y a otras muchas) soy mediocre, esto es un hecho; aun así, reconozco que lo he hecho mejor en otras ocasiones.
En fin, si los genios tienen fallos, qué no tendrán los mediocres! jejeje.
Saludos
Hola Ana,
mucho tiempo sin vernos, aunque visito con regularidad vuestros espacios virtuales.
Un pequeño comentario a tu poema. Pequeño, humilde y discreto; creo que el primer párrafo es prescindible. Déjalo así:
No hay mirada que mantenga
su hechizo para siempre
ni palabras que conserven
la misma fuerza
del primer instante,
ni roces de piel que pervivan
eternamente.
Un simple café corta
las alas a un sueño
que soñaba ser eterno.
y aún podríamos seguir recortando y dejarlo en un pequeño proverbio al uso:
Un simple café corta
las alas a un sueño
que soñaba ser eterno.
Un beso
Rafa
Hermosa poesía de café
y hermoso café el de Copenhague.
Hermosos recuerdos.
Blanca
sí, estoy con Maypi... qué cierre del poema tan bello, encierra todo el poema en él.
"Un simple café corta
las alas a un sueño
que soñaba ser eterno".
Paso del tema de mediocridades y demás sandeces porque sabes que creo que tú escribes estupendamente y a mí me llegan tus poemas.
Un beso
He leído dos veces el poema y... las dos veces he tenido la misma sensación: El poema es -para mí- la última estrofa. Suficiente. Estupenda. El resto, me cuesta y... quizás me sobra.
Después leo a "begoyrafa" y veo que opinan lo mismo. ¡Qué bien!
besos
Hola Ana.
No suelo explicar mis textos. Pero te cuento, si es que hay algo que contar respecto de ese texto que es un juego a la vez. Primero por el título: Poema sin fin. Era un poema que finalmente no terminé, pues no soy amigo de terminar las cosas a cualquier precio. Eso es para los escritores profesionales, los escritores manageres, los escritores ejecutivos de cuentas. Entonces Es un Poema sin fin, sin final. Pero también es un doble juego en donde aparece una sintaxis torcida o quizá al límite de lo posible. La idea es también que el texto evoque cierta eternidad o circularidad, en que aparecen cosas casi eternas y pausadas: las nubes y el pan, la mirada, el tiempo, la lentitud, etc. Pero también esta aquello de lo eterno que no tiene finalidad (es decir razón o motivos pre establecidos).
Al llamarlo así está presente también aquello de la carencia de sentido. O sea puede ser la vida, o el amor, ni idea. Pero quizá sí la realidad como un ser-testigo-de.
Un saludo
Belleza pura eso destila tu palabra, como siempre.
Un abrazo.
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