5 de mayo de 2010
Lo poético
Decía Joyce en su "Ulises" que tal vez la comida vegetariana produjera, como ondas del cerebro, lo poético. Y lo argumentaba con un contrario: Escribió: "A uno de esos policías sudando por la camisa estofado irlandés no se le podría exprimir ni un verso". Continuaba: "No saben ni qué es poesía. Hay que estar en cierto estado de ánimo (para escribir): la famélica gaviota/sobre el agua turbia flota".
Es posible que Joyce esté equivocado, si aceptamos lo puro, etéreo o espiritual de los poetas como lo más bruto, lo menos transformado o deformado. No me cabe ninguna duda de que el estofado modifica sustancialmente un estómago y por ende, su cabeza.
Hace falta, al menos a mí, mucha capacidad de autosegregación social para pensar poéticamente.
Aun así, he de reconocer que me río un montón con este pasaje del "Ulises".
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19 de diciembre de 2009
Fútbol
El fútbol es hermoso. Uno de los deportes más completos.
Un espacio grande.
Dos entrenadores.
Veintidós jugadores.
Un balón.
Dos porterías.
Y todo ello a la búsqueda de una armonía tal que consigue mantener en vilo, durante noventa minutos, al pobre aficionado que no juega pero que se deleita viendo jugar.
Que once jugadores diferentes por su estilo, técnica, situación en el campo, o incluso, personalidad, consigan la conjunción perfecta entre cabeza, pierna, bota, pase, balón y gol, es algo que me maravilla en cada partido.
Decía Cruyff que el fútbol es el deporte más difícil, pues controlar un balón tan sólo con los pies no se da en ningún otro. Estoy de acuerdo en parte. El fútbol es llevar el balón con los pies pero también es mucho más.
Todo esta retahila de crítica aficionada tiene un fin más que evidente: el Barça de este año me ha hecho disfrutar tanto que me siento obligada a presentarle mis respetos.
Y, por supuesto, me quito el sombrero ante Pep Guardiola por mantenerse en sus trece y obligar a sus jugadores a "aburrirse" con el balón para divertir a la afición.
Nunca un futuro tan negro preocupó tan poco.
Enhorabuena a los amantes del fútbol
30 de septiembre de 2009
Muñoz Rojas
me viene a la memoria,
el instante perdido para siempre.
Fue súplica tu palabra en el quicio?
¡Qué ceguera o sordera o muerte,
dejó en el aire la súplica,
para siempre!
José Antonio Muñoz Rojas : Objetos Perdidos 1997
Ayer, en Antequera, ha dejado de perder objetos.
18 de junio de 2009
LA PRIMERA
Esto que véis aquí arriba, es la primera venta y el primer cambio de "la buena letra".
¿Suscito cierta envidia?
En la maleta de los buenos momentos, llevaré siempre conmigo el haber sido la primera clienta real de Rafa.
Creo que el libro le hace honor y además, me dio el cambio con monedas recién salidas de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
Pues eso, que ya está todo en marcha: librería, libros, librero y clientes.
De nuevo, mucha suerte Rafa.
18 de mayo de 2009
13 de mayo de 2009
Sicilia
Olivo en las ruinas de Agrigento
Es hermosa, Sicilia. Posee la belleza de una piedra preciosa sin pulir, el misterio de una novela negra y la luz clara y brillante del Mediterráneo.
Pocos días para tanto camino pero nuestras piernas se movieron y permitieron a nuestros ojos deleitarse con las antiguas piedras hechas arte, con los olivos centenarios que las guardaban, con los taxistas amables y caballerosos y también con los barriobajeros, con la anárquica circulación de los coches en las ciudades que nos ponían el corazón en un puño; a nuestras bocas con sus platos de pasta y pescado y dulces, a cual más exquisito; y a nuestros oidos con un idioma que a mi entender es de los más musicales que existen.
En fin, viaje recomendado.
30 de marzo de 2009
LA SOLEDAD DE LOS NUMEROS PRIMOS

Estremecedora búsqueda y huída de la soledad.
"Los años del instituto fueron para ambos como una herida abierta, tan profunda que no creían que fuera a cicatrizar jamás. Los pasaron como de puntillas, rechazando él el mundo, sintiéndose ella rechazada por el mundo, lo que a fin de cuentas acabó pareciéndoles lo mismo"
Personajes extraños en una historia extraña.
Muy recomendable esta primera obra del joven Paolo Giordano.
23 de noviembre de 2008
Perdón
- "El vaticano perdona a Lennon".
- Qué le perdona?: que haya dicho que los beatles eran más famosos que jesucristo.
- Qué dijo Lennon?: que los beatles eran más famosos que jesucristo
- Por qué le perdona?: porque era un joven de clase trabajadora al que le llegó muy rápido el éxito.
Primera afirmación: prepotente
Primera respuesta a la primera pregunta: cierta
Segunda respuesta a la segunda pregunta: cierta.
Tercera respuesta a la tercera pregunta: patética.
El vaticano olvida que la fama no implica superioridad.
El vaticano también olvida que la iglesia, como institución, se ha quedado en la cima de las escaleras.
Perdón es una palabra que debería relegarse a terminología legal, mas nunca, nunca, aplicarse a las relaciones humanas.
12 de noviembre de 2008
Rafa
Hablar de Rafa es como describir momentos felices de tu vida. Aquellos que marcaron un punto de inflexión en tus ideas y también en tus acciones. Rafa me enseñó a leer: cómo leer, qué leer y cuándo leer. Aunque resulte exagerado es cierto. El taller de poesía que él dirigía en la U.P. fue para mí una puerta abierta a la literatura. De tal manera que obras que ya había leído en su momento, releyéndolas de nuevo, después de escuchar sus opiniones, me resultaron más placenteras que en la primera lectura.
Uno de los motivos por los que el taller de Rafa era "tan bueno" fue su falta de protagonismo. Para él, los protagonistas éramos nosotros. Nosotros leíamos, opinábamos, escribíamos e, incluso, criticábamos y autocriticábamos. Él siempre nos dio pie para comenzar el camino, para salvar los tropiezos y para llegar a la meta. Baste un ejemplo para demostraros su discreción como profesor: jamás quiso -y eso que se lo pedimos insistentemente- leer nada de lo que él escribía, cuando muchos sabemos que la autopropaganda y la presunción están a la orden del día.
Insisto, he tenido poco tiempo para tanto que decir. No me gustan las definiciones escuetas, sintéticas, en cuatro palabras, pero haciendo un esfuerzo diría:
Rafa es bueno, íntegro, discreto y... guapo.
Y como también tiene algo que ver en lo que hoy se dice en el periódico, os diré que Begoña es un cielo.
5 de noviembre de 2008
Alta traición
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques, desiertos, fortalezas,
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.
José Emilio Pacheco
Ya el nombre de "patria" me duele, pues el mero hecho de pensar en ella parece que me obligase a ser mucho más de lo que entraña el significado de "patriota". Estoy con José Emilio Pacheco: no amo mi patria porque, puede brillar o no pero nunca está al alcance de mi mano. Sin embargo, me gustaría ser Penélope y tejerla y destejerla para cambiar su trama , su urdimbre, de cada vez, y que mi vida consistiese en eso: hacer lo que esté bien y deshacer lo que esté mal. Y, mientras tanto, engañar a los príncipes de la ambición, de la usura, del egoísmo y de la deshumanización.
Me supone un gran esfuerzo vivir con mi "patria" pero lo que ya me desborda por completo es tener que tragarme otras "patrias". Hemos vivido las elecciones presidenciales norteamericanas como si fueran las nuestras. Mucho más. Sabemos lo que comen los candidatos, lo que leen, cómo duermen y de qué color son sus calzoncillos. Está bien que la información nos llegue clara (cosa que no siempre sucede) y rápida. Está bien que sepamos de los designios de un país que influye mucho en el resto del mundo. Está bien, incluso, tener opiniones acerca de los candidatos que se presentan (-es un gran avance para los americanos que llegue a la presidencia de su país un ciudadano negro, pero me produce cierta sonrisa irónica oir a muchos españoles congratulándose de la victoria demócrata porque así el mundo será mejor y no se invadirán países y la contención bélica será una realidad, cuando, si no recuerdo mal, excepto la guerra de Irak, todas las declaradas por Estados Unidos lo fueron bajo gobiernos demócratas-). Pero lo que no puedo tolerar es que en un informativo de Televisión Española hagan su despedida con una bandera de los Estados Unidos de América y con el himno de los Estados Unidos de América cantado solemnemente por una ciudadana de los Estados Unidos de América.
Muchas veces he dicho a quienes me conocen, que los EE.UU. habían invadido nuestros países, desembarcando tanques de papel color de rosa en nuestras playas. Así era y así es, aunque ahora somos nosotros quienes les tendemos puentes para que lleguen mejor.
José Emilio Pacheco lleva razón: amemos nuestra Cimadevilla o el Mar del Plata de Alfonsina, amemos el Sena de Celán o nuestro Nalón, amemos nuestro "Gijón del alma" o "la ciudad" de Cavafis, amemos al "Che" Guevara o a Horacio Fernández Inguanzo, pero no amemos a esas patrias inasibles que sólo quieren dominarnos.
7 de octubre de 2008
Cumplir
Es cierto que anularíamos nuestra racionalidad si nos dejáramos llevar tan sólo por los instintos básicos, pero, ¿no habría modo de encontrar un equilibrio entre la compleja planificación vital del ser humano y la simplicidad del animal?
Haciendo un ejercicio de autoreflexión podría decir que el hecho de pensar esto ya desbarata toda posibilidad de acercarnos al mundo animal, pero el instinto me dice, también, que sería estupendo, para la buena salud del hombre, darnos cuenta de que cumplir con la vida consiste, sencillamente, en desenredar con ternura el pelo de tu pareja con un viejo peine, tan sólo eso.
Hoy, el periódico de Bego y Rafa nos ha enseñado la sutil ternura de la sencillez. Gracias
15 de mayo de 2008
Luis Pastor
No conozco mucho de su persona, ni sé las ideas que mantiene en relación al candente tema de la propiedad intelectual, pero viéndolo y oyéndolo cantar en un provisional escenario de pueblo, con un público que nada tiene que ver con el intelectual gafapastiano o el snob displicente o, incluso, con el se le mantiene fiel desde que empezó a cantar en los 70, sino con un público de fiesta de pueblo que lo mismo escucha a la folklórica de turno que al cantautor trasnochado o al grupo de rock con pretensiones heavys, se descubre en qué consiste ser artesano.
Luís Pastor es un artesano de la música. Fabrica su música día a día con minuciosidad y esmero para ofrecérsela a los demás.
He leído en alguna parte que es uno de los defensores, o al menos integrante, del grupo de la SGAE que luchan contra el uso de la red para bajarse música que tanto perjudica a la industria musical, y no lo entiendo, porque un hombre que trabaja día tras día en un taller improvisado, elaborando su música para obtener un beneficio, no debería temer al monstruo internáutico. A este hombre-cantante jamás le hará daño una descarga más o menos; siempre tendrá su pueblo, su escenario y su música, para vivir.
Si en el mundo proliferasen más los artesanos otro gallo nos cantara.
Plasmo aquí mi admiración por Luís Pastor.
9 de abril de 2008
Feria

5 de enero de 2008
11 de noviembre de 2007
No hay categoría
De un tiempo a esta parte, después de comer, en ese tiempo de sofá (es obligado hacer un homenaje a su inventor) y duermevela, suelo ver en TV a la rubia tonta y al enano. Es cierto que el programa no vale nada, pero "gracias a" o "por desgracia" me entero de la cantidad de estupideces que se asoman a un medio que, en algunos o muchos casos, ocupa el lugar del cabeza de familia. La última moda entre los tertulianos de color amariconado es levantarse, hacerse el ofendido y ultrajado ante una crítica del compañero o espectador de turno y hacer mutis por el foro. Transmiten con esta acción que ellos tienen una dignidad y una profesionalidad que no pueden ponerse en entredicho. Nada más lejos, por supuesto, ya que la dignidad y la profesionalidad las abandonaron (si alguna vez las han tenido) a la puerta del estudio de TV correspondiente.
Todo esto viene a cuento (no merecería la pena gastar tiempo en personajillos de esta calaña) por las informaciones que hemos recibido de la Cumbre Iberoamericana.
Señores, no puedo remediarlo, imaginar a un Jefe de Estado diciendo impertinencias y a otro haciéndose el ofendido y abandonando el pleno, me recuerda, muy a mi pesar, a los tomates, las norias, los a.r. y demás basuras televisivas.
Decía Alcibíades el griego que no estaba seguro de que la razón de la mayoría fuese siempre la más acertada, y por desgracia no tenemos otra alternativa pero, los que no elegimos son unos cabrones y los que elegimos son unos estúpidos (algunos... o muchos, no sé).
Porque, a pesar de todo, quiero seguir creyendo en la democracia, mis respetos a aquellos políticos cuya bandera es la integridad, la honradez y el saber estar, y que son el acero que mantiene este edificio tan indisciplinado y corrupto.
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6 de noviembre de 2007
La crítica
Por supuesto, utilizar la narrativa omnisciente es factible, plausible y elogiable, para expresar todo tipo de ideas, incluso contradictorias, pero esta postura te aleja de la subjetividad imprescindible para practicar la sinceridad y la honradez en tu obra. Si además de genio eres sincero, esta mezcla, como en el caso de Marías, dejará encandilado al lector.
Que los críticos aludan a fallos en la estructura, desarrollo, agilidad, acción, estilo, técnica en fin, es correcto y saludable para la buena marcha de la literatura en general, pero que objeten la validez de un escritor basándose en sus, supuestos, defectos de personalidad, me resulta penoso y patético, y me recuerda al típico envidioso que sin tener un buen argumento utilizable, recurre al más pobre juicio que, al final, le hace quedar en evidencia.
Lástima que el mundo de la literatura deba regirse por el mundo de la crítica, a un lado, y por el mundo de las editoriales (premios incluidos), al otro.
Menos críticos desaforados, menos premios amañados y más lectores.
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12 de octubre de 2007
El último idealista

Barrio de Venezuela
Lo vi por primera vez en el parking de uno de esos restaurantes gigantescos donde se celebran esas bodas gigantescas que te producen un aburrimiento gigantesco.
Aquel día, nuestro protagonista había ido a recoger a mi hija para irse de marcha con la peña por la calle del Rosal y aledaños. Llevaba un jersey negro de cuello alto y gafas. Tenía un aire intelectual a la par que bohemío, con tintes desaliñados. Me gustó.
Ya había oído hablar de él porque era compañero y amigo de mi hija. Muy buen amigo, decía ella, de esos a los que quieres para lo bueno y para lo malo. Lo llamaban "Tumbas" (nunca he llegado a enterarme del motivo de este apodo). Siempre estaba hablando de política. De la política de verdad, la sana, la de la lucha, la de la fe en los hombres. De la política que no existe. De la política que debería existir. Cuando en casa se hacían comentarios sobre alguna noticia del Congreso, de guerras, de huelgas, del subdesarrollo, del capitalismo, etc., el nombre de "Tumbas" salía por boca de mi hija en forma de visceral crítica al resto de personajes protagonistas de los desmanes criticados.
La mayoría de compañeros iba finalizando la carrera y, sin embargo, él, abandonó las aulas con asignaturas aún pendientes para marcharse a Venezuela. Tenía fe en que allí podría hacer "algo más". Quería practicar aquello en lo que creía. Y se fue. Y vivió, y sufrió, y se sintió solo, y regresó cuando no tuvo más remedio porque su visa llevaba ya tres meses caducada.
Acabó la carrera y volvió a marcharse, y continuó con su lucha particular y vivió conforme a sus ideas, y compartió y habló y escuchó; hasta, incluso, algún día se emborrachó. Y ahora, de nuevo regresa para seguir preparándose, para continuar ayudando a un pueblo en el que cree y cree merecedor de su ayuda.
Y se irá de nuevo.
Podrá estar equivocado. Tal vez haya escogido mal al destinatario de su lucha. Quizá sus principios actúen de venda para ocultarle las falsedades de todos los políticos. Pero lo que nadie, nunca, se atreverá a negarme es que "Tumbas" es, para nosotros, el último idealista. Un hombre que aún tiene fe en el hombre.
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30 de septiembre de 2007
No estaba allí

Es entonces cuando encontramos el espíritu de las pequeñas cosas: la delicia de la leche acariciando la garganta, la tosquedad de la madera del banco, el crujir de la hierba seca en nuestras manos, la humedad en los pies después de chapotear en el camino enfangado.
24 de septiembre de 2007
Lo mismo
El otoño porfía sus colores y melancolías.
Uno se cambia de ropa; la misma ropa que te abrigó el año anterior y el otro y el otro, aun siendo distinta.
Se hacen planes para modificar hábitos; los mismos planes que nunca se han cumplido.
Compruebas que aún sigues enamorado, o tal vez, desencantado, o mejor solo; lo mismo que todos los otoños.
Y todo igual, siempre igual, incluso cuando todo haya cambiado.
Lo mismo cada día de cada año, a pesar de la gran teoría del caos, a pesar del efecto mariposa, siempre el mismo sol nos visita en la mañana y cada día, la misma noche nos despoja de la venda en los ojos, que, por supuesto, siempre es la misma.
Es posible que la mariposa no sea la misma, que sus alas irisen colores diferentes y que su aleteo pueda sentirse siempre al otro lado del mundo. Pero nuestra triste contradicción es ese trivial, frívolo y superficial "siempre".
Nada es para siempre y, sin embargo, siempre es lo mismo.
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7 de junio de 2007
Máscara
Comienza el artículo con un apunte del viernes 25 de mayo titulado "Defraudar", que transcribo:
"Uniendo la línea de puntos de unos pocos datos reales, construimos un personaje imaginario. Por eso, todo el mundo si lo tratamos el suficiente tiempo, acaba defraudándonos. Por eso, si nos trata el tiempo adecuado, acabamos defraudando a todo el mundo.
La máscara que más oculta no es la que nosotros ponemos, sino la que los demás nos ponen".
Y me ha gustado. Mucho. Y es cierto que esta teoría se experimenta a diario con resultados positivos. Pero aunque el acero no agrieta, puede llegar a entornarse.
Algo falla en este pensamiento garcimartiniano.
Por ejemplo, y empezando por el final. La máscara que nos oculta puede ser esperpéntica y sin embargo tapar un rostro bello. No defraudando en este caso sino más bien al contrario. Intuyo que esto es lo que yo experimento en relación a García Martín. Su máscara está llena de facciones pedantes, cultistas y obsoletas; tiene peinado de erudito prepotente y mirada voluntariamente miope que no llega a ver más allá del círculo por él mismo trazado. Máscara a mi modo de ver, horrible. No obstante, leyendo su poesía consigo destapar su rostro y ¡sorpresa! la bestia es bella. Digo poesía pero bien podría hablar de alguno de sus artículos (que no críticas: esas entran en otra parcela cercada por los esperpentos de la máscara) pues lo que transmite y comunica y proyecta a sus lectores es belleza pura. Quiero creer que es prácticamente imposible relacionar la apariencia de persona "non grata" con la inteligencia, lucidez y belleza que destilan sus escritos.
Por lo tanto y en cuanto al tiempo, que genera la decepción y vuelve la línea continua del contorno del personaje imaginado en discontinua, podría casi asegurar que se cumple en todos los casos. Tan sólo un inciso, la cantidad y calidad del tiempo. Hay personas a las que tratas durante toda la vida y no percibes la belleza o monstruosidad de su máscara, tan sólo dejas que estén y pasen. Hay otras a las que descubres en un par de días o un par de conversaciones, para bien o para mal. Hay otras, al fin, a las que observas tan atentamente que empleas un largo y valioso tiempo en imaginar qué guardará la máscara, hermosa o desagradable, que nos muestran. Esta última clase de personas es la que merece la pena y a pesar de la máscara que nos muestra o, tal vez, la que yo le pongo, García Martín pertenece a ella.
pd. este artículo ha estado reposando desde el lunes. hoy me que me disponía a colgarlo leo una de las joyas esperpénticas de nuestro protagonista: "es lo mismo la bohemia cochambrosa que la cultura del botellón". no entro a discutirla porque eso será otra historia.
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