2 de abril de 2009

Better Together

Fue una noche de migraña gloriosa. No recuerdo dónde, ni cuándo. Sólo que una voz me decía: “Acuéstate, yo te preparo un café y te lo llevo a la cama con una pastilla”.

No hay que darle más vueltas, en el noventa y nueve por ciento de los casos, el amor es eso: saber que tienes a alguien a tu lado.

Disfrutad de la canción, es un auténtico bombón de licor.


10 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

A veces, es lo contrario: lo que provoca el dolor de cabeza...

Marcelo dijo...

No sólo que lo tienes a tu lado. También lo tienes de tu lado.
Un beso. Por cierto, qué terrible dolor de cabeza que siento!

Svor dijo...

SI. TAL VEZ SEA PORQUE EL AMOR PROPIO NO ES SUFICIENTE.

Beatrix Kidoo dijo...

Yo quiero un amor así!!

Berna dijo...

...que sensación esa cuando te rindes al mundo y te dejas ir, y alguien va y te cuida...sabias palabras Ana, muy sabias.

gaia56 dijo...

¡Ya era de un poco de animación ene ste espacio!
Aunque nunca pienses en dejar un nuevo cepillo de dientes en tu espacio éstas palabras son sabias como dice Berna.
Besinos.

Anónimo dijo...

Sí. Después de mucho tiempo, una (que sí sabe, aunque diga que no) va aprendiendo qué el amor son esas cosas, y todo lo demás, pirotecnias.

Berna dijo...

claro brujaroja, pero ¡¡que pirotecnias!!...!

ágatas, cueros y cristales dijo...

Genial, Ana. La pincho, sigo trabajando... y la vuelvo a pinchar.
¿cuándo oiremos esa voz?
Besos

Anónimo dijo...

Yo creo que el amor sirve para escoger a alguien entre la multitud, luego decae y quedan esos detalles que, a mi modo de ver, no son amor en sentido estricto, si no cariño con mezcla de amistad, de complicidad etc. pero la sensación amatoria es única y casi siempre desaparece pronto, entre otras cosas porque es agotadora....
Estoy por el cariño relajado, armonioso, equilibrado, recóproco, duradero y libre, y esto es el mejor sustituto de ese amor que nos dirige misteriosamente hacia alguien y que sería el desencadenante, en el mejor de los casos, de estos otras sensaciones, más aposentadas y más racionales y, por lo tanto, más auténticas.