20 de agosto de 2006

Bella

Para Viri

















Fotografía de Virginia Fernández



En aquel tiempo, una muchacha de cabellos castaños y ondulados como un mar; brillantes ojos negros como una noche de luna; piel de plata como sábana de raso blanca y un cuerpo moldeado por la brisa fresca de la primavera, vivía en una casita al final de una calle de un pueblecito al sur de Portugal.
La muchacha se llamaba Bella, la calle "Rua das arbores" y el pueblo... no recuerdo cómo se llamaba.
En aquel tiempo los mozos rodeaban la casa de Bella, cantándole hermosas canciones populares para ganar sus favores; y el bosque rodeaba el pueblecito dejándole apenas una entrada desde la carretera general.
En aquel tiempo el padre de Bella pensó en el futuro de su hija y no encontró conveniente que todos aquellos mozos se pasaran la noche al pie de la ventana de su hija, por lo que prohibió terminantemente que nadie se parase para tales fines delante de su casa, y estableció contactos con una casamentera del lugar para arreglar un matrimonio de conveniencia para su hija.
En aquel tiempo el alcalde del pueblo pensó en el futuro de sus lugareños y no encontró conveniente que el bosque les privase de una agricultura floreciente que enriqueciese a todos y trajera prosperidad al lugar, por lo que ordenó la tala parcial (más tarde llegó a ser general) de todos los arboles que rodeaban al pueblo.
En aquel tiempo acaecieron algunos cambios en la vida de Bella. Su calle dejó de llamarse "Rua das arbores" y pasó a nombrarse "Rua dos arrifes"; los mozos desaparecieron, al igual que el bosque; y la única presencia de un hombre al pie de su ventana fue la silueta de un jinete sobre su caballo que anunciaba en un cartel (muy a la moda de la época) el afamado "Nitrato do Chile" que una compañía del país sudamericano comercializaba en Europa para el mejor desarrollo de los cultivos agrícolas.
Hemos sabido, que Bella abandonó su pueblo, su calle y su casa; sin embargo mantuvo una íntima relación con el "Nitrato do Chile": se casó con el director de la compañía.
Hemos sabido, que ya nadie cultiva nada en el pueblo de Bella; sin embargo los arrifes mantuvieron su status; ni un solo arbol ha vuelto a ser plantado.


*"Arrifes": desmanche de árboles para abrir caminos.
*Me he tomado la libertad de modificar el significado de "arrifes" con el fin de relacionarlo de una manera racional con el "Nitrato do Chile"

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12 comentarios:

Anónimo dijo...

Un relato interesante, por la manera de tratar el tema y por el desenlace. Aunque... yo modificaría la palabra "conveniente" por "apropiado" pues la primera provoca cierta cacofonía-dislexia visual que le añade el prefijo "in" dando un giro al sentido de la frase que conduce, fácilmente, a la incomprensión y obliga a releerla, interrumpiendo el ritmo.
O al menos eso me ha sucedido a mí.
Por lo demás, reitero, un relato más que interesante.

Batiscafo dijo...

sí,sí
un buen relato corto.
aunq siempre me preguntaré el porqué de mujeres llamadas bellas...o venus, q también las hay.
de todas formas, sinceramente me ha gustado mucho

ana martinez dijo...

Teorema: Agradezco mucho su crítica, no sabe usted cuanto. Sin ánimo de justificación sino más bien de autocrítica, he de reconocer que tengo una ligera o acusada tendencia a utilizar palabras polisémicas en mis escritos. Supongo que es un juego que te ayuda a mantener la dinámica de la narración cuando no posees el arte del buen hacer en el oficio de escribir. En este caso quería relacionar "conveniente" con matrimonio de "conveniencia", y parece que al final la relación ha tomado tintes de divorcio traumático, jejeje.
En fin, le daré una vuelta y veré si le hago caso o utilizo otra expresión más adecuada.

Batis: Tienes razón. Es un nombre muy usado en literatura y, si no me equivoco, sobre todo en los cuentos infantiles. Como he dicho antes, me gusta mucho jugar con las palabras y en este caso, he jugado con el significado idiomático: en portugués, "bella" es la fonética de "velha" que significa "vieja". Me gustó identificar la época antigua, pasada, "vieja", en que se desarrolla la historia, con la juventud y lozanía de la protagonista.


Gracias a los dos por sus críticas. Y ahora sí que debo justificarme: el relato está escrito (como suele decir a menudo Teorema) a vuelapluma; treinta minutos no pueden ser suficientes para crear algo decente, jejeje.

Batiscafo dijo...

buenoooo
no se yo hasta q punto eso es verdad. El tiempo empleado en "crear" es muy relativo.
No se si leiste "la peste" de Camus, pero en ésta un personaje se pasa la vida escribiendo un libro del q sólo lleva un párrafo escrito. Y no creo q por mucho q lo modifique encuentre una mayor "perfección" (q es lo q él pretende)
de todas formas, no se yo si Bella existe como nombre en portugués y si lo pronunciasen no pronunciarían la b como v
pero me parece un juego de relación muy interesante

Txe Peligro dijo...

hermoso cuento y hermoso cartel el del Nitrato de Chile que, curiosamente, suele conservarse por doquier. Es tiempo de diseño y no de árboles.

saludos!

Anónimo dijo...

Me ha gustado el relato. Y más aún cuando he leido tus explicaciones a los comentarios anteriores. Veo que hilas fino en temas semánticos y que te preocupas mucho de escoger acertadamente las palabras, que intentas a su vez relacionarlas con el texto en conjunto... eso me gusta mucho. Es lo que tenéis las poetas.

gaia56 dijo...

Ana, hermoso relato y además de encargo, lo tenías prometido según leemos en los antecedentes.
No hago críticas semánticas por desconocimiento, pero te diré que me sonó muy bien, con ritmo y desenlace interesante.
Besinos.

Anónimo dijo...

Este último viaje pensé mucho en los matrimonios de conveniencia. No sé si te conté que Kepi el guía se había casado hacía un año y había visto a su mujer tan sólo por quince minutos y un mes antes de la boda. La mujer le había aportado 7000 Euros de dote. El sistema de dotes que yo creía que era algo extinguido y propio de aldeas remotas es, en la actualidad el más extendido en muchos paises de Asia y el culpable entre otras cosas de muchos infanticidios femeninos. Parece increíble que en pleno siglo XXI las presiones sociales arruinen la vida de tantas mujeres y de tantos hombres. (La carita de amargao/asustao de Kepi en el video de la boda era todo un poema). Las convenciones sociales a las que nos vemos sometidos en Occidente y que no nos dejan de parecer aplastantes son simples achuchones comparados con los que se padecen en otras civilizaciones.
Manolo

Jorge dijo...

a veces no resultan ni los de inconveniencia... yo borraría las notas, no son necesarias

ana martinez dijo...

Batis: reconozco, vergonzosamente, que lo único que recuerdo de "La peste" (libro que no he vuelto a leer ni leeré) son las ratas paseando por el muello y subiendo las escaleras de las casas... Aún hoy se me eriza la piel recordándolo.

Txe: ¿Tiempo de diseño y no de árboles?, jejeje. Peor será cuando llega la era en que los árboles sean de diseño; que llegará, no te quepa duda.

Ricardo: ...ya te echaba de menos. Así que hilo fino, eh? jajaja. Si es que las poetas tejemos el verbo con hilo de oro fino.

Gaia: El mérito del relato es el cariño con el que se ha hecho y por supuesto, la grandeza que la da su destinataria.

Manolo: Tema delicado el que tocas. De todos modos, aparte los infanticidios, los matrimonios de conveniencia no tienen por qué resultar peor que los inconvenientes que voluntariamente aceptamos. No todo es oro en el matrimonio por amor que apenas dura una vuelta de nuestra tierra alrededor del sol.

Gracias a todos por pasar y comentar.

ana martinez dijo...

Jorge: Tomada buena nota acerca de las notas...jejeje. Tal vez si estuvieras al tanto de la historia de la palabrita en cuestión, no te parecería un exceso la aclaración. Pero esa es otra...

Gracias por pasar

Anónimo dijo...

Obrigada Ana,
me ha encantado! Es muy bonito ver surgir una historia a partir de una imagen (q conoces) y todo lo que puede encerrar... Vamos, que en mi imaginación veo a la chavala mirando al caballero desde la ventanita... La foto la saqué ese invierno a las afueras de Óbidos, a la puerta de la casa estaban dos "velhotas" pasando la tarde, encantadas de dedicarme una sonrisa. quién sabe si se podrían haber hilado a tu relato...
Ah, y si es por darle legitimidad lingüística a la niña basta quitar una L, Belas e Anabelas son comunes...
un besazo desde el tajo