12 de agosto de 2006

A la gata le sobra con el tejado















He visto en un semanal, de los que lanza hace ya tiempo la prensa escrita, unas páginas sobre lo último en decoración perfecta para una casa. Una de las habitaciones -se supone que la de los niños-, dejaba ver una combinación sobria y austera -véase "minimalista" en argot de diseño-. Paredes desnudas pintadas en color piedra, suelo de madera sin barnizar, camas sin cabecero y colchas y cuadrantes grises. Muy sencillo a la par que elegante y en la onda de la última movida diseñadora -nos diría el decorador de turno-.
He pensado en la cantidad de casas en las que se renovará la decoración, inclinándose por esta tendencia, so pena de quedarse el actual mobiliario y sus accesorios pasados de moda. En este caso es un buen cambio (más por menos): la mayoría de las cosas que llenan nuestras casas son superfluas, inútiles e innecesarias. Pero me pregunto ¿por qué no se llega a este razonamiento sin falta de que nos lo impongan unos diseñadores obligados al cambio para mejor vender sus ideas?.
He recordado el sótano de la casa de "La gata sobre el tejado de zinc" -repleto de los más inverosímiles objetos- y los lamentos del patriarca de la familia, en la obra mítica de Tennesee Williams, porque la única meta en su vida había sido "acumular" cosas de todo tipo, pero cosas al fin y al cabo; y en su último momento no tenía "nada" para llevarse consigo.
Dejo la pregunta en el aire: ¿Por qué demonios nos gustará tanto poseer?


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8 comentarios:

Batiscafo dijo...

La posesión, tanto material como inmaterial la justificamos con un "y si lo necesito?" (incluso con las personas se llega a hacer eso)
Realmente la posesión tiene que ver con nuestra inseguridad, y eso yo lo relaciono con todas las actividades del ser humano.
Si desvías la atención de otros seres humanos en detalles (de uno mismo) superfluos, no se fijaran en lo realmente esencial, que es lo que realmente nos da miedo.
Al menos mi idea va por ahí
saludos

Javier López Clemente dijo...

Cuando hago limnpieza de cajones nunca tiro nada, todo vuelve a su sitio.

Ahora mi casa tiene trastero y lo he llenado de mis viejos vinilos, de libros que no he leído ni pienso hacerlo, de las guias de viaje, raquetas de badmington que nunca he usado, las maletas nuevas al ladito de las viejas, décenas de cajas de cartón de la mudanza, La pintura que sobró y no se podrá volver a utilizar dentro de cuatro años, brochas viejas, cubos, vale, ya no sigo.
No puedo tirar nada.

Anónimo dijo...

Una mañana te despiertas y ya no necesitas nada. No quieres habitaciones luminosas ni grandes; ni librerias de ultima generación. Te basta una simple mirada. Bueno, y un trozo de piedra...

gaia56 dijo...

lo que nos hace más felices no lo poseemos, no cuesta dinero, pasa a nuestro alcance cada día... hay que tener los ojos bien abiertos para disfrutarlo.

ana martinez dijo...

Batiscafo: Muy bien apuntado. Es un razonamiento que nos viene a la cabeza al momento de recoger la pregunta. Pero entonces, se nos plantea otra cuya respuesta pone los pelos de punta: ¿Todos los seres humanos son inseguros?

Javier: jejejeje, llevas razón. Qué difícil es tirar nada para alguna gente. He de reconocer que yo me encuentro de tu lado, je.

Berna: Exacto. Esa perspectiva que tú utilizas me gusta. No es tanto la propiedad física, real, como la propiedad emocional. Rodearte de cosas que han definido, definen o definirán tu vida. Me ha gustado mucho tu argumento.

Castelo: Ahí, ahí quiero llegar. Tal vez, sea una utopía, un imposible, hasta un impensable, pero te juro por todos los dioses conocidos que me encantaría llegar a despertarme en esa mañana de la que hablas.

Gaia: Cierto, cari, lo resumes muy bien. Pero esa percepción está tan oculta por una maraña de desperdicios que nuestros ojos no llegan nunca a abrirse del todo para conseguir distinguir lo que realmente vale.


Gracias a todos. Habéis estado muy acertados en vuestras respuestas. Creo que entre todos hemos hecho un pequeño ensayo, jeje.

caracolquiscol dijo...

me encanta esta gata tuya de largos bigotes!! falta el tejado de zinc caliente.
olá ana, que ya puedes ver lo que significa arrife!!

ana martinez dijo...

No sé si te acordarás de ella, pero se parece muchísimo a Jara. Por eso la colgué. Y el tejado no estará caliente, pero juro que era un tejado, je.

Gato negro dijo...

La necesidad de poseer no es más(en mi humilde opinión), que una forma de anclar nuestra mente a la vida. El miedo provocado en el hombre por la muerte, lo hace necesitado de materialidades que le sometan a juicios, memorias y según el hombre, vida.
No poder aceptar, de manera viva, que todo es esencia, que todo es en defenitiva, es el error que nos conduce a poseer.
Tener y más aún, amar lo que uno tiene, es la mayor losa que uno puede soportar.

GATO NEGRO

*lo siento, pero no estoy muy lúcido recién levantado.