.
Saboreo mandrágora en la humedad de tus manos
mientras el sexo se anega de deseo.
Veinte minutos de húmedo rock sin roll
escucho tras un vidrio frío y al fin,
se cristaliza la mirada al contemplar
la sudorosa cabalgadura que resopla,
que revienta entre jadeos húmedos
las sutiles caricias de un húmedo sueño.
.