30 de abril de 2021

PROBLEMA

 

Le encantaba charlar. Tenía esa capacidad admirable para hilar los más variados temas en una misma conversación. Para mí suponía un gran esfuerzo seguirlo en aquella carrera de palabras, ocurrencias, sentencias, críticas, argumentos.

Organizábamos cada día una especie de torneo: el caballo era la voz, la palabra, la lanza.

¡Que combates tan perfectos!

Tan solo había un problema. La lucha lo agotaba tanto que se apoyaba en un escudero de cristal que le daba a beber una pócima dorada.

Al caer la noche el caballero mutaba en borracho, un patético borracho.


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